Una vez más, nuestra escuela crece con la incorporación de los alumnos que han completado sus programas mudansha, acreditándolos para ostentar el cinturón negro shodan, y de esta forma continuar con el ciclo de enseñanza a nuevas generaciones, bajo la atenta guía de nuestro maestro Jorge Edmundo Caballero soke y todos los maestros e instructores que lo secundan.
Llegar a esta instancia, significa que los alumnos han pasado años de aprendizaje, esfuerzos e introspección para obtenerlo. Cualquiera puede comprar un cinturón negro pero ser digno de portar un cinturón negro es una actitud, un estado de ánimo, una forma de vida. En palabras de nuestro shihan, «el cinturón solo mantiene el keikogi en su lugar»
Al ser ésta una escuela marcial que conserva sus raíces tradicionales, no se practica como un deporte de competición sino que pone su acento en la elevación del espíritu para descubrir la verdadera fuerza que motoriza al ser humano, conservando el acervo de los maestros que nos precedieron en la formación de estos nuevos danes de los que orgullosamente mostramos las fotos de los momentos que quedarán grabados a fuego su corazón.
Agradecemos a los maestros y alumnos, familiares y amigos que pese a esta situación sanitaria que nos toca vivir, hicieron un gran esfuerzo en cumplir con los requisitos que demanda la obtención del cinturón negro. Se destaca que se cumplieron los protocolos vigentes, se aprovecharon las modernas tecnologías de las comunicaciones e informática, para de este modo llegar de todas las formas posibles a los alumnos y continuar con nuestra misión de formación marcial.
Dios guarde nuestro dojo y nuestro shihan.
| Nombre y apellido nuevos graduados | Graduación |
| Emanuel Gonzalez Etcheverry sensei | Shodan |
| Cristián Nicolás Van der Voorde sensei | Shodan |
| Pablo David Geremías Sánchez sensei | Shodan |
| Matías Rubén Vallejos Mogica sensei | Shodan |
| Michael Jonathan Romero sensei | Shodan |
Agradecemos a los maestros e instructores presentes en el evento que con su trabajo mantienen vivo el espíritu de nuestro dojo.
